EL ORIGEN DE LAS ESPECIES
Este es sin duda el libro de biologia más importante que se ha escrito, ha recibido revisiones bibliográficas muy detalladas en la edición de Morse Peckham, 1959. La bibliografía es un complemento al texto variorum que muestra los grandes cambios que Darwin hizo a los cinco ediciones que siguen a la primera.
El origen de las especies en otras obras de Darwin hacia 1876 mencionan la existencia de dos XVI y miles XVII, así como éste. Estos se pueden resumir como sigue:
1875 plantas insectívoras anuncia la decimosexta
1875 Variación en estado doméstico anuncia la XVII
1875 Cruz y auto fertilización anuncia la decimosexta
1876 Las observaciones geológicas anuncia la XVII
1876 Revista de investigaciones anuncia los XVIII
1876 Planta trepadora anuncia los XVIII
1877 Fertilización de la orquídea anuncia la decimosexta
1877 El descenso del hombre anuncia la decimosexta
1877 Formas de flores anuncia los XVI
Resumen de la Teoría de Darwin, el Origen de las Especies
Andaba Darwin por el año 1859, cuando Darwin publica el libro “El Origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas preferidas en la lucha por la vida”.
Este libro es el inicio de la teoría de la evolución por medio de la selección natural. Lo que significa que el medioambiente donde viven los seres vivos ofrece recursos limitados. Los organismos compiten por ellos y los que consigan adaptarse mejor al medio lograrán más recursos y se reproducirán más y mejor.
Con su publicación, la teoría de la evolución produjo un gran impacto en la sociedad de su tiempo. La teoría de Darwin generó gran polémica en diversos ámbitos sociales. Su teoría propone un origen no sobrenatural de la vida y las especies, y considera que la especie humana está sometida a las mismas leyes que el resto de los animales, incluyendo la selección natural.
El 1 de julio de 1858, Darwin y Wallace presentaron de forma simultánea en la Sociedad Lineana de Londres sendos artículos sobre la teoría. Un año después, en 1859, Darwin publicó su gran libro, donde se recogían sus estudios , hipótesis, etc., la que sería su obra fundamental, “On the Origin of Species by Means of Natural Selection, or the Preservation of Favoured Races in the Struggle for Life” (El Origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas preferidas en la lucha por la vida), con este título uno se puede imaginar a los londinenses yendo a la librería a comprarla o en los cafés (.¿te has leído…); alguien con sentido común debió pensar que este título era demasiado largo (6ª edición) y que era más practico acortarlo a El Origen de las Epecies, y así es como la conocemos la mayoría del público, bueno el que la conoce.
Aprovecho que hace 150 años Charles Darwin firmó el manuscrito del origen de las especies y voy hacer un breve recorrido por esta obra y rescatar los párrafos que más me gustan.
Les aviso desde ya que esta entrada es un rollazo de mucho cuidado y además en gran parte está sin traducir. Está pensada sólo para quien quiera leerse el libro, especialmente si el lector accidental no es biólogo. Si a ese lector le hace falta algo de contexto que se lea este otro post rollo primero.
OPCION 1:
Contrasena: edwinw
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Paso 2: seleccionar las imágenes que te piden y le das en verificar
Paso 3: esperar los 3 segundos y le das clic en GET LINK (tantas veces hasta que te salga la página de descarga) y listo los llevara a la página de descarga.
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OPCION 2:
Vamos allá.
La Introducción es también una parte que merece la pena leer con cuidado. Está aún muy reciente la carta de Wallace y el reciente artículo en colaboración, y aunque tímidamente Darwin quiere dejar muy claro que él ya había escrito sobre la selección natural en los años 40. Al final de esta parte es cuando aclara que él cree que la selección natural es el agente más importante de la evolución, mas no el único (mucho tuvo que repetir esta rase, y a muchísimos críticos se les ha pasado por alto).
Capítulo I: Variación bajo domesticación.
Cuando uno pretende leerse un libro tan inmortal como este, se espera un comienzo épico, algo que marque. Nada más lejos de la realidad. Darwin comienza su obra hablando sobre cómo los ganaderos y agricultores han ido generando nuevas razas de animales y plantas. Por supuesto que es un dato vital para su teoría, pero uno echa de menos un comienzo más estructurado, quizá una amplia introducción sobre la trasmutación de las especies. Pues no: Darwin comienza hablando de razas de paloma. Una forma de arrancar bastante tibia, por decir algo.
Capítulo II: Variación en la naturaleza.
El siguiente paso lógico de la analogía es abordar el sunto de la variación de las especies en estado natural, fundamental para explicar la selección natural. De nuevo es un capítulo necesario pero denso, que no me gusta especialmente, aunque aborda una cuestión tan interesante como la dificultad de delimitación de distintas especies. Hace menciones a su viaje a las Galápagos y, en la página 50, hay comentarios sobre el desarrollo típico del trabajo de un taxónomo con las que personalmente me sentí muy identificado.
Capítulo III: Lucha por la existencia
“Una lucha por la existencia se debe inevitablemente a la alta tasa a la que todos los seres orgánicos tienden a aumentar. Todo ser que durante su vida natural produce varios huevos o semillas, debe sufrir destrucción durante algún período de su vida, y durante algún tiempo u otro año, de lo contrario, según el principio del aumento geométrico, su número se convertiría rápidamente en algo tan desmesurado que Ningún país podría apoyar el producto.".
Malthus se materializa en la obra de Darwin. Interesante, pero demasiadas vueltas a lo que hoy nos resulta obvio hace que este capítulo me siga pareciendo un tanto denso.
Capítulo IV: Selección natural
Llegamos a lo que para mí es el primero de los dos “clímax” de la obra. Es aquí cuando el lector del XIX comprende a qué vienen los tres capítulos anteriores, en los que no se entiende muy bien a dónde quiere ir a parar. De las dos realidades del mundo vivo que nos ha explicado y justificado hasta la saciedad Mr. Darwin (variabilidad de la descendencia y lucha por la existencia) surge como consecuencia lógica, difícilmente cuestionable, la selección natural. En el fondo Darwin está aquí haciendo uso de una mayéutica como la de Sócrates, o eso me recuerda a mí, de nuevo transmitiendo esa sensación de ir en todo momento con pies de plomo.
Nos encontramos aquí con algunas de las primeros usos del concepto de “mejora” en la SN. Esto me ha desconcertado bastante, ya que supuestamente el darwinismo puro y duro carece de finalidad y los organismos mejoran en tanto en cuanto se adaptan a un ambiente cambiante, pero no se trata de una mejor intrínseca y objetiva (o eso consideramos hoy en día). Ha sido curioso comprobar que, aunque de la obra de Darwin se desprende esta idea, al menos en su primera edición él no lo tenía tan claro.
Hay unas frases que me gustan mucho en las que hace mención al gradualismo de Lyell:
“Soy consciente de que esta doctrina de la selección natural, ejemplificada en las instancias imaginarias anteriores, está abierta a las mismas objeciones que al principio se instaban contra las nobles opiniones de Sir Charles Lyell sobre "los cambios modernos de la tierra, como ilustrativos de la geología; (...) La selección natural sólo puede actuar mediante la conservación y acumulación de modificaciones hereditarias infinitesimalmente pequeñas, cada una de ellas provechosa para el ser preservado; Y como la geología moderna ha casi desterrado tales puntos de vista como la excavación de un gran valle por una sola onda diluvial, así será la selección natural, si es un verdadero principio”.
Es en este capítulo donde aparece la única figura de todo el libro:
origendiagrama
Al parecer Darwin quiso evitar el uso de dibujos o grabados para que el libro quedara más “académico” y no fuese confundido con un libro de viajes o de curiosidades sobre la historia natural. A pesar de todo, no pudo evitar renunciar a la utilidad de una figura, precisamente de un “árbol” evolutivo. Pese a que pueda parecer simple y llanamente eso, el principal objetivo de esta figura es explicar el “principio de divergencia”, algo nada sencillo y uno de los focos de las críticas. Darwin se valdrá de esta figura en numerosas ocasiones del texto.
El “sumario” de este capítulo es muy bueno, un poco largo para ponerlo aquí, pero su lectura es más que recomendable (página 126 de la primera edición). Recopila muy bien la secuencia lógica de observaciones que hace de la selección natural algo innegable. Estas líneas son en gran parte la esencia de todo el libro.
Capítulo V: Leyes de la variación
"I think..." Cuaderno B. El primer árbol filogenético de la historia Después del magnífico capítulo 4, es difícil no pensar que a partir de aquí hay un pequeño bajón. Este capítulo es muy interesante, con constantes citas a Geoffroy, Goethe y otros morfólogos, pero es en gran medida especulativo porque dichas “leyes de la variación”, a fin de cuentas, eran totalmente desconocidas en 1859, cuando la genética aún no existía.
En él Darwin parece hablar varias veces de la herencia de caracteres adquiridos, algo que los lamarckistas no dudaron en destacar. Después de leerlo con atención (por ejemplo, la parte de los escarabajos de Madeira), yo tengo mis dudas de que realmente estuviese hablando de caracteres adquiridos. Sin embargo, quisiera o no decir eso, hay que remitirse a lo que dice al final de la introducción: Darwin nunca dijo que la selección natural fuese el único motor de la evolución, aunque sí el más importante.
Capítulo VI: Dificultades de la teoría
Siempre me ha parecido que honra dice mucho de la calidad científica y humana de Darwin que dedicara este capítulo (y el siguiente de la sexta edición) a comentar cuáles eran los puntos flacos de su teoría.
El más importante es el del estado fragmentario del registro fósil. Por aquella época, efectivamente, el registro fósil era muy muy parcial, muchísimo más de lo que lo es en la actualidad. Sería estupendo poder sacar a Darwin de la tumba y mostrarle la gran cantidad de fósiles transicionales que conocemos en la actualidad. Habría llorado del gusto. En 1859, sin embargo, recurrió a explicaciones peregrinas para explicar esta situación cuando, obviamente, la fosilización es un proceso excepcional, y la inmensa mayoría de los seres vivos mueren sin dejar rastro.
A partir de la página 186 encontramos el célebre párrafo del ojo en el que Darwin se maravilla de la perfección de este órgano y destaca lo difícil que resulta pensar que haya surgido por selección natural. Los creacionistas de todas las épocas han disfrutado citando estas palabras sin incluir lo que Darwin añade después, explicando cómo de variables son los ojos en el reino animal y cómo existen ojos funcionales realmente simples.
También es muy famoso el párrafo siguiente:
“Si se pudiera demostrar que existía un órgano complejo, que no podía haber sido formado por numerosas, sucesivas, ligeras modificaciones, mi teoría se desmoronaría absolutamente. Pero no puedo encontrar ningún caso así. No hay duda de que existen muchos órganos de los cuales no conocemos los grados de transición, más especialmente si miramos a especies muy aisladas, en torno a las cuales, según mi teoría, ha habido mucha extinción. O bien, si nos fijamos en un órgano común a todos los miembros de una clase grande, porque en este último caso el órgano debe haberse formado primero en un período muy remoto, desde el cual se han desarrollado todos los miembros de la clase; Y para descubrir los grados de transición tempranos a través de los cuales el órgano ha pasado, debemos tener que mirar a las formas ancestrales muy antiguas, extintas hace tiempo.”
Son unas líneas absolutamente gradualistas, pero muy inspiradas, en cualquier caso.
Capítulo VII: Instinto
(recordad que si leéis la 6ª edición este capítulo contiene nuevas “pegas” a su teoría, por lo que el resto de los capítulos tienen que ser renumerados)
Aquí llega un bajón importante. Creo que lo que Darwin discute en él no nos parecería hoy especialmente necesario para defender la validad de su teoría. Me resultó bastante aburrido.
Capítulo VIII: Hibridismo
Otro capítulo que casi casi me sobra. Es importante hablar de híbridos cuando quieres defender un “principio de la divergencia”, no cabe duda, pero no lo puedo evitar, este capítulo me aburre. Es interesante, sin embargo, que Darwin “juguetea” con el concepto biológico de especie que Mayr desarrollaría en el siglo siguiente.
Capítulo IX: Imperfección del registro fósil
Aquí comienza el segundo clímax del libro, este capítulo me encanta. Retoma el asunto del registro fósil que ya comenta en el capítulo VI (a este tipo de cosas es a las que me refiero cuando digo que el origen es una obra con problemas de estructura).
Hay dos ideas muy importantes en este capítulo: 1) el hecho de que las formas intermedias no deben de ser intermedias entre las especies modernas, sino que es un ancestro común que vivió hace “x”. Este error es muy habitual incluso hoy en día, y Darwin lo deja aquí muy clarito. Los ancestros comunes sólo son relevantes a posteriori. 2) La importancia del principio estratigráfico y del laaaargo paso del tiempo. De nuevo aquí hay regustillo a Lyell.
El párrafo final es uno de los mejores:
“(...) los paleontólogos más destacados, como Cuvier, Owen, Agassiz, Barrande, Falconer, E. Forbes, etc., y todos nuestros más grandes geólogos, como Lyell, Murchison, Sedgwick, etc., han mantenido unánimemente, a menudo vehementemente, Inmutabilidad de las especies. (...) Por mi parte, siguiendo la metáfora de Lyell, miro el registro geológico natural, como una historia del mundo imperfectamente guardada y escrita en un dialecto cambiante; (...) En este punto de vista, las dificultades mencionadas anteriormente se ven muy disminuidas, o incluso desaparecen.”
Capítulo X: Sucesión geológica de seres vivos
En este capítulo se sigue profundiando en los principios de la estratigrafía y la sucesión de floras y faunas. Es un planteamiento de un gradualismo absoluto al que podríamos ponerle muchas pegas, pero su interés es innegable.
Además, se expresa aquí de forma muy clara una de las revoluciones darwinistas: la clasificación de los seres vivos sólo tiene sentido en la medida en que resume la genealogía de los mismos. Veremos cómo desarrolla esta idea en los siguientes capítulos.
Capítulos XI y XII: Distribución geográfica
charles-darwin-finchesEstos son mis capítulos favoritos. A mi juicio el punto álgido de toda la obra, donde Darwin por fin se desmelena un poco en sus afirmaciones y hace algunas de las observaciones más clarividentes de su época.
Darwin habla aquí de las disyunciones y de la relación que puede tener con lo que hoy llamaríamos especiación alopátrida. Pone distintos ejemplos, unos más inspirados que otros, sobre cómo un área continua puede fragmentarse, separando las poblaciones de una determinada especie y provocando con el tiempo y la selección natural que las poblaciones, ahora separadas, evolucionen en especies distintas. El otro escenario es el de la colonización de las islas, por ejemplo, de forma que los pinzones que llegaron originalmente a las Galápagos acabaron diversificándose en cada una de las islas.
“Aunque en las islas oceánicas el número de tipos de habitantes es escaso, la proporción de especies endémicas (es decir, las que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo) suele ser muy grande. Si comparamos, por ejemplo, el número de las conchas terrestres endémicas de Madeira o de las aves endémicas del archipiélago de Galápagos con el número encontrado en cualquier continente y comparamos el área de las islas con la del continente, Veremos que esto es cierto. Este hecho podría haber sido esperado en mi teoría”
Hay además unas bonitas flores a Wallace, que en ese momento se encontraba aún en el archipiélago Indomalaya, fabuloso laboratorio natural de evolución insular:
“Esta visión de la relación de las especies en una región con las de otra no difiere mucho (sustituyendo la palabra variedad por especies) de la que últimamente avanzó en un ingenioso trabajo del Sr. Wallace en el que concluye que "toda especie Ha venido a la existencia coincidente tanto en el espacio como en el tiempo con una especie preexistente muy aliada ". Y ahora sé por correspondencia que esta coincidencia atribuye a la generación con modificación.”
Y una de mis frases favoritas, con una puyita entre líneas al creacionismo, a raíz de la ausencia de ranas y sapos en las islas oceánicas:
“Esta ausencia general de ranas, sapos y tritones en tantas islas oceánicas no puede explicarse por sus condiciones físicas; De hecho, parece que las islas son particularmente adecuadas para estos animales (...) Pero como se sabe que estos animales y su cría son muertos inmediatamente por el agua de mar, en mi opinión podemos ver que sería muy difícil su transporte a través del Mar, y por lo tanto porqué no existen en ninguna isla oceánica. Pero por qué, en la teoría de la creación, no deberían haberse creado allí, sería muy difícil de explicar.”
Capítulo XIII: Afinidades mutuas de los organismos
Tanto tontear con capítulos llenos de paja y Darwin deja para el final un capítulo en el que habla de anatomía comparada, embriología y órganos rudimentarios, todo en uno, con lo que le daría el tema para explayarse. En fin.
Estamos ante uno de los mejores capítulos del libro, es una joyita de principio a fin. Atención a estas líneas, realmente gloriosas sobre los sistemas de clasificación.
“Pero muchos naturalistas piensan que algo más se entiende por el Sistema Natural; Creen que revela el plan del Creador; Pero a menos que se especifique si el orden en el tiempo o en el espacio, o lo que se entiende por el plan del Creador, me parece que nada se añade a nuestro conocimiento. Tales expresiones como la famosa de Linneo, y que a menudo nos encontramos con una forma más o menos oculta, que los personajes no hacen el género, pero que el género da a los personajes, parecen implicar que algo más está incluido en nuestro Clasificación, que mera semejanza. Creo que se incluye algo más; Y esa propinidad de la descendencia -la única causa conocida de la similitud de los seres orgánicos- es el vínculo, oculto por diversos grados de modificación, que nos es parcialmente revelado por nuestras clasificaciones.”
Y esto también:
“Se explican todas las reglas y ayudas precedentes y dificultades de clasificación, si no me engaño mucho, en la opinión de que el sistema natural se basa en el descenso con modificación; Que los caracteres que los naturalistas consideran que demuestran verdadera afinidad entre dos o más especies, son aquellos que han sido heredados de un progenitor común, y, en este sentido, toda clasificación verdadera es genealógica; Esa comunidad de descendencia es el lazo oculto que los naturalistas han buscado inconscientemente, y no algún plan desconocido de creación, o la enunciación de proposiciones generales, y la mera reunión y separación de objetos más o menos semejantes.”
Estas son algunas de las líneas más revolucionarias de Darwin. Sin aludir expresamente al ser humano está afirmando que en realidad, la morfología y la anatomía comparada, las homologías de los organismos, se refieren a un parentesco, y por lo tanto todos los organismos tienen un origen común (incluido el ser humano). Son frases muy cuidadas, que emocionan. Aquí es donde Darwin se permite frases como “How inexplicable are these facts on the ordinary view of creation!”, después de haber soltado una buena parrafada de evidencias evolutivas.
Capítulo XIV: Recapitulación y conclusión
Nada nuevo nos espera en este capítulo que no haya dicho ya, pero parece que Darwin se guarda para el final su prosa más inspirada. De alguna forma es el capítulo más “ideológico”. Primero expresa las dificultades de la teoría,para después volver a arremeter con las evidencias, y sigue, casi profético, asumiendo que las viejas glorias no van a darle crédito, pero con confianza en los “jóvenes naturalistas”. Atención a las negritas (mías).
“Aunque estoy plenamente convencido de la verdad de los puntos de vista que se dan en este volumen bajo la forma de un resumen, no espero convencer a los naturalistas experimentados, cuyas mentes están llenas de una multitud de hechos vistos, durante un largo curso de años, Desde un punto de vista directamente opuesto al mío. Es tan fácil ocultar nuestra ignorancia bajo expresiones tales como el "plan de creación", "unidad de diseño", etc., y pensar que damos una explicación cuando sólo reafirmamos un hecho. Cualquier persona cuya disposición le lleve a atribuir más peso a dificultades inexplicables que a la explicación de cierto número de hechos rechazará ciertamente mi teoría. Unos pocos naturalistas, dotados de mucha flexibilidad mental y que ya han comenzado a dudar de la inmutabilidad de las especies, pueden ser influenciados por este volumen; Pero miro con confianza al futuro, a los jóvenes y los naturalistas en ascenso, que serán capaces de ver ambos lados de la cuestión con imparcialidad.”
Y ya acercándonos al punto y final:
“Los autores de la más alta eminencia parecen estar plenamente satisfechos con la idea de que cada especie ha sido creada independientemente (...) Cuando veo a todos los seres no como creaciones especiales, sino como los descendientes lineales de algunos pocos seres que vivieron mucho antes del primer lecho Del sistema siluriano, me parecen ennoblecidos”
¡No me digáis que no se os pone la carne de gallina! ¡Esto sí es lo que unos espera leer en el origen de las especies!
El libro acaba con un célebre último párrafo, también muy inspirado. Como ya comenté una vez, este último párrafo está muy meditado, aparece casi sin cambios en los ensayos que precedieron al origen en 1842 y 1844, por lo que entendemos que estaba muy satisfecho con él. No es de extrañar, ya que resume a la perfección la esencia del darwinismo: el hecho de la transmutación de las especies en sí, la naturaleza mecanicista del proceso (comparable a la ley de gravitación universal) y el origen común de los seres vivos, hermanados por la “herencia con modificación”.
“Hay grandeza en esta visión de la vida, con sus varios poderes, habiendo sido originalmente respirado en unas pocas formas o en una sola; Y que, mientras este planeta se ha ido de acuerdo con la ley fija de la gravedad, desde tan simple comienzo han surgido y se están desarrollando infinitas formas de lo más bello y maravilloso.”
Poco más se puede añadir a eso, la verdad.
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